Bronce Arquitectónico como obra escultórica
Para hablar del legado histórico-artístico del bronce, hemos invitado a participar en nuestro blog a don Alfredo Ureña, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Almería. Agradecemos su colaboración mediante este interesante e ilustrativo post donde pone de relieve la importancia de este material a lo largo de la historia. Esperamos que disfruten de su lectura tanto como nosotros.
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El bronce ha sido un material crucial a lo largo de los tiempos, cuyo uso hunde sus raíces en la Prehistoria hasta el punto de dar nombre a una época concreta: la Edad del Bronce. Apreciadísimo en la escultura por su ductilidad y versatilidad (sigue al oro y la plata en propiedades y resultados) admite una gran variedad de acabados por su indiscutible y alta calidad estética.
Bajo distintos procedimientos de fusión, el bronce se ha utilizado como material artístico desde el periodo Clásico de la Grecia Antigua. Con él se han realizado algunas de las obras cumbres de la Historia del Arte Universal, llegando a transcender el campo escultórico para ligarse al ámbito constructivo y convirtiéndose ahora, a través del Bronce Arquitectónico, en verdadera escultura monumental (Aclaración: desde el punto de vista de la Historia del Arte, la escultura monumental es aquella ligada a un marco arquitectónico).
En este contexto, Bronce Arquitectónico rebusca en los ricos efectos del pasado, de inspiración bizantina, islámica, mudéjar, renacentista y barroca para reinventarlos y dotar a sus obras de un renovado y exclusivo sello artístico.
Legado histórico-artístico del bronce:
En el contexto geográfico en el que nos encontramos, la provincia de Almería posee una relación histórica trascendental con el bronce, en particular, y con el metal en general.
Precisamente, a la Edad del Bronce pertenece el yacimiento arqueológico de El Argar. Situado en el municipio almeriense de Antas, es uno de los más importantes no sólo de España sino de toda la Cuenca Mediterránea. Mientras que en el Calcolítico o Edad del Cobre, se inscribe otro yacimiento arqueológico clave como es el de Los Millares, en el valle del río Andarax.
En el campo escultórico, sin llegar a ser un metal noble como el oro o la plata, el bronce ha sido muy valorado por su ductilidad y versatilidad a la hora de trabajarlo tanto en frío como principalmente fundido.
Aplicando distintos procedimientos de fusión, el bronce se ha venido utilizando como material artístico desde el Período Clásico de la Grecia Antigua (desde los siglos VI y V a. C.) y con él se han realizado algunas de las obras cumbres de la Historia del Arte Universal, como la estatua ecuestre del Emperador Marco Aurelio, del Museo Capitolino de Roma, del siglo II de nuestra era.
Algunas obras del Renacimiento, como las Puertas del Paraíso del Baptisterio de Florencia, de Lorenzo Ghiberti; el David de Donatello; el Carlos V y el Furor, de León y Pompeyo Leoni, del Museo del Prado.
Si avanzamos hasta el siglo XIX, encontramos piezas destacadísimas y tan conocidas como El Pensador de Rodin, por citar sólo unos ejemplos.
Pero incluso hoy en día, metidos ya en pleno siglo XXI, el bronce sigue siendo un material referente y recurrente en el ámbito artístico, que incluso llega a trascender el campo de la escultura para ligarse a la arquitectura, como ocurre con las Puertas de acceso a la ampliación del Museo del Prado, obra de la escultora Cristina Iglesias, de 2007.
En este contexto, en el que se aúna lo plástico con lo constructivo, podemos situar el proyecto Bronce Arquitectónico. Sabedores del potencial técnico de este material y conocedores del valor añadido que le aporta el legado histórico que acarrea el bronce como material artístico, desde la Universidad de Almería a través del proyecto Bronce Arquitectónico, se hace toda una relectura de este material.
Esta superficie innovadora de bronce abre nuevas posibilidades de elaboración, presentación y aplicación, aprovechando toda su riqueza plástica y ornamental. Dando lugar a nuevas superficies tridimensionales versátiles, de motivos y composiciones únicas e irrepetibles y de exquisitos acabados dorados, que aportan un brillo y una calidez lumínica inigualables de gran elegancia.
En mi caso, me gustaría destacar que me ha llamado enormemente la atención el hecho de que cuando se utiliza Bronce Arquitectónico en cubiertas, en un primer golpe de vista puede hacernos rememorar, de alguna manera, el efecto de los alfarjes y artesonados dorados y policromados de tradición mudéjar. Pero al mismo tiempo, cuando se dispone sobre un plano vertical, ofrece texturas gráciles y ligeras que pudieran evocar incluso el efecto de ricos tejidos calados y bordados, a la manera de un metálico encaje o guipur.